domingo, 4 de septiembre de 2011

Yayoi Kusama



Recomiendo a todos los seguidores de este blog visitar la exposición de Yayoi Kusama (Matsumoto, 1928) que se puede ver en el Reina Sofía hasta el 12 de Septiembre, no queda mucho tiempo, así que… ¡corred insensatos! Se trata de una exposición retrospectiva que recoge una muestra de las distintas etapas de la artista y de los diversos medios en los que ha trabajado: la pintura, el collage, las esculturas ligeras, el performance, la instalación, el video filmación y el diseño de vestuario, además de ser poeta y novelista. Destacan sus famosas Accumulation Sculptures de la década de los sesenta donde se representan diversos objetos domésticos, como sillones, ropa o accesorios, recubiertos por múltiples “falos” de tela rellenos y cosidos, sus famosas performances y escandalosos happenings de finales de los 60, en muchos de los cuales aparece desnuda con la participación del público, los cuadros con motivos repetitivos de flores, ojos y sus señas de identidad por excelencia: los puntos y las redes y quiero destacar especialmente la instalación creada expresamente para esta exposición Infinity Mirrored Room-Filled with the brilliance of life, una creación de espacio infinito mediante luces y espejos que sorprende y atrapa, no he querido mostrar ninguna fotografía de este espacio para añadir, a la fascinación de la experiencia, la sorpresa.
Dice de si misma: “Mi corazón busca belleza por siempre. He andado mi camino con arte para expresar la belleza de la humanidad, la magnificencia de la muerte, y la gran esperanza de vivir una vida. Espero seguir creando arte hasta el último minuto de mi vida, y espero que mi arte impresione a las personas“
Es una artista única, innovadora y provocadora que después de vivir en Estados Unidos, donde desarrolló su actividad, en 1973 decidió regresar a Japón e ingresó voluntariamente en un psiquiátrico del que sale diariamente para dirigirse a su estudio a seguir trabajando. Me sorprende, admira e inquieta los artistas que deciden apartarse del mundo para concentrase enteramente en “su” mundo para darlo a conocer y mostrarlo. Me he acordado del escritor Robert Walter que también se recluyó voluntariamente en un psiquiátrico pero no sé si tienen algo más en común.