lunes, 28 de marzo de 2011

Inside job y american psycho.

La semana pasada leí en el periódico el artículo de Paul Krugman titulado “Un abuso de más de las instituciones”, aun riesgo de resultar recurrente diré que es una nueva constatación de esa ominosa evidencia sobre la que ya he dejado un par de post en este blog (vease “la revolución anónima” y “la obsolescencia programada u otra ominosa constatación”), y no me resisto a citar la frase con la que termina su articulo el profesor de economía en Princeton y premio Nobel 2008: “…la gente corriente tiene que respetar la ley, mientras que los ricos, y en especial los banqueros, pueden engañar y defraudar sin consecuencias…” desgraciadamente creo que tiene razón, pero en este caso quiero reseñar el documental Inside Job, ganador de un oscar, que se menciona en este artículo y que, por supuesto, recomiendo ver. En él ponen nombre y cara a los causantes de la crisis que ha afectado, y sigue afectando, a tantísimas personas. Lo que me indigna y lo que me insta a escribir esto es que esos mismos que han arruinado a tanta gente siguen donde estaban, cobrando sueldos y primas astronómicas, y dedicados a seguir estafando o sino como se llama a que alguien a sueldo de una organización sea el que valore y puntúe la viabilidad de los productos de esa organización y que esa puntuación sea la garantía para operar en el mercado, para mi claramente es incompatible pero, a la vista de los hechos, parece ser que no lo es.

Después de ver este documental me he acordado, instantánea e inevitablemente de la novela “American Psycho” de Bret Easton Ellis, y también de la película. Sin duda bajo el prisma de la actualidad y los acontecimientos recientes resulta claramente una denuncia de los abusos y las maneras de esa elite de financieros que culminó en 2008 con la mayor crisis mundial desde la gran depresión pero lo increíble es que se escribió en 1991 cuando todo esto que ahora padecemos nadie lo podía predecir y los tipos como Patrick Bateman eran los triunfadores y los ídolos de esa época. El paso del tiempo le ha dado la razón a Bret Easton Ellis y su novela ha adquirido mas mérito y cobra de nuevo actualidad y vigencia al poner, creo yo, el dedo en la llaga.